top of page
amantesdelsenderis

Los Duendes

Duendes en un bosque


En diferentes partes del mundo y épocas distintas muchas personas han vivido y escuchado acerca de encuentros con duendes ó gnomos, hombrecillos muy pequeños, generalmente relacionados a niños.

Para muchos producto de la imaginación para otros ligados con extraterrestres y para otros, invenciones, el caso que nos ocupa ocurrió en un bosque cercano a nuestra comunidad, dejo a criterio del lector la credibilidad ó no del hecho y cambio los nombres por respeto a los involucrados

En un día de octubre en horas de la tarde el cielo amenazaba con ponerse a llover y corría riesgo de tormenta.

Juana y sus hermanos tomaron rumbo a la finca lechera con el ánimo de llenar sus barriguitas con aguadulce y pan casero o arepas que la señora madre, de sus amiguitos les preparaba.

Esa tarde la señora preparó unas arepas y había hecho mermelada de moras silvestres, que cerca de la casa crecían ya les había hecho chocolate a sus hijos y les había dado arepas con mermelada y tenía unas por si Juana y sus hermanos llegaban.

Algo la inquietaba, constantemente miraba por la ventana hacia el sendero que solían utilizar los niños para venir.

De pronto el cielo tronó y las nubes empezaron a llorar mucho, Juana y sus hermanos habían tomado otra ruta y pensaban llegar por detrás de la lechería cerca de un bosque de robles y aguacatillos, el bosque los protegía en parte del fuerte aguacero, los más grandes se adelantaron y Juana se quedó un tanto rezagada, de pronto al pie de un roble vió

un lindo muñequito, que saltaba, el pequeño ser no media más de 50 cm de un color verdoso y le sonreía, le extendía la mano en forma amigable, ella detuvo la marcha y se acercó, de pronto otro ser, salió detrás del roble, miró a Juana y también le sonrió en un extraño lenguaje, los pequeños seres dialogaron y ambos le extendían la mano, ella no les temía se acercó y los empezó a seguir.

Los hermanos mayores ya habían alcanzado a salir del bosque y estaban a solo 25 m de la casa, donde vivían; sus amigos se percataron de la ausencia de Juana . Rubén y Flor los mayores se fueron a buscarla los otros corrieron entre la lluvia hacia la casa

La joven mujer les abrió la puerta y les dijo, pobres pollitos vienen todos mojados, les dió con que secarse y les preguntó por los otros, ellos le contaron del retraso de su hermana menor y que los dos hermanos mayores se habían devuelto a buscarla por el bosque.

Su rostro palideció, ella recorría desde muy joven ese bosque y sabía, tenía algo de misterioso.

Les dijo quédense aquí todos y eso los incluye a ustedes, dijo a sus hijos, si no vuelvo pronto con Juana y sus hermanos avisen a peones de la lechería, que estaban muy cerca, que vayan al bosque.

Corrió a todo lo que podía rumbo al bosque, mientras tanto Rubén y Flor lograron ver a su hermana menor arrastrada de los pies por los dos pequeños seres riendo fuertemente.

Los dos hermanos gritaban suéltenla, Juana, no lloraba solo reía, pese a pasar por las ramas y arbustos.


La joven mujer al escuchar los gritos de los niños, logró llegar y al ver la escena se lanzó con furia hacia los seres agitando un leño seco, los seres soltaron a la niña y soltando unos sonoros chillidos se esfumaron.

La joven mujer tomó a la niña entre los brazos y se acercó a los otros niños, los cuales estaban llorando, qué son esos? preguntaron, ella respondió duendes, duendes.

Vamos para la casa, empapados los cuatro se toparon a los vaqueros de la lechería que alertados por los gritos de los niños corrieron a ver qué pasaba.

Y los hombres preguntaron qué pasó, ella respondió ustedes saben bien los muñequitos que le aparecen a los niños que caminan solos en este bosque.

Ellos asintieron con la cabeza, una vez en la casa los niños se secaron al calor de la cocina de leña y calmaron el hambre con arepas, mermelada y agua dulce con leche.

Luego la mujer les suplicó, no vayan o pasen por el bosque sin un adulto, eso los incluye a todos, les dijo a sus hijos, Jacinto uno de sus hijos se hacia el tonto y ella se acercó y le dijo, vez ésto, Jacinto, mostrando un chilillo de cuero, con él te doy si vas ahí, tienes la costumbre de caminar solo y te escapas siempre.

Jacinto asintió con la cabeza y se dijo para sí,si supieras, si supieras, se fue para el cuarto, pero la madre lo conocía muy bien y lo siguió y le dijo al oído, haga caso sí, y el asintió con la cabeza pero ella sabía al igual que su abuela que Jacinto no haría caso.

Pasaron unos días Jacinto estaba solo, sus hermanos resbalaban tabla con Juana y sus hermanos en un potrero cercano, él no quiso ir.

Y como a él le intrigaba el bosque y se acercó y en eso escuchó risas y feliz dijo, ahí están, miró hacia la casa, su madre anda de compras y con mirada maliciosa se internó en el bosque…

Abel Chavarría S





6 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

댓글


Publicar: Blog2_Post
bottom of page